UNA ANÉCDOTA: LEPSIUS VS. PRISSE.
LA CARRERA POR LAS ANTIGÜEDADES EGIPCIAS.
y publicado en la la revista monográfica de carácter trimestral Condé Nast Traveler, número 51, de enero 2008, dedicado a Egipto
En 1843, Karl Richard Lepsius, orientalista prusiano de gran talento, se dirige a la antigua Tebas junto con su expedición y todas las autorizaciones oficiales pertinentes, con el objetivo de cortar literalmente uno de los muros de la llamada “Cámara de los antepasados” del Templo de Karnak, en donde se mostraba una lista de reyes.
Allí se encontró con el también
orientalista Emile Prisse D´Avennes, quien le invito a tomar
un café a bordo de su barco. Lepsius contó a Prisse el
motivo de su visita a Tebas, aunque este último pudo intuir
con anterioridad el interés que podían tener esos magníficos
relieves para la expedición prusiana. De esta forma, para
cuando llegó Lepsius, Prisse ya había saqueado en el
transcurso de dieciocho días la Cámara del templo,
escondiendo su botín en unas cajas. Lo que nunca pudo
imaginar Lepsius era que su objetivo se encontraba
precisamente dentro de aquéllas veintiséis cajas sobre las
que ambos exploradores estaban sentados mientras tomaban ese
café en el barco.
Prisse consiguió sacar finalmente de Egipto los bajorrelieves escondidos, con etiquetas que describían el contenido de los paquetes: “Objetos de historia natural para el Museo de París”.